martes, 18 de septiembre de 2007

Ética periodística y el Síndrome del Copy/Paste

Una de las cosas que más se pena en las universidades, y con justa razón, es el plagio. Cada inicio de periodo escolar los maestros se empeñan en repetir con tono de matraca que siempre es necesario citar las fuentes.

Honestamente, o al menos en mi opinión, no debería ni siquiera cruzar por la mente de alguien robarse un texto (o cualquier creación) y pretender que es suyo. En estos tiempos es muy sencillo saber si cualquier persona se ha pirateado algo; mucha gente busca todo en Google y cree que jamás un alma se dará cuenta.

Por fortuna Google funciona también a la inversa. En este caso las comillas ("") son mágicas y el buscador sirve como herramienta para encontrar plagios. Increíble pero en muchos casos las frases salen iguales al texto acusado; hasta para piratear algo hay que ser listo y al menos tratar de cambiarle algo, ¿no?

Me ha tocado escuchar casos de estudiantes que se han "fusilado" (así como le llamamos a plagiarse algo) tesis enteras que se bajaron de Internet. El Síndrome del Copy/Paste es algo que se da enormemente en nuestros tiempos. En secundaria, y hasta en prepa, no se inmutan mucho para entregar las tareas directas casi de la pantalla.

Pero en la universidad, en donde la autoría es muy importante, originar nosotros mismos la información es algo que se hace muy valioso.

Creo que el respetar las creaciones de otras personas no es algo que deba circunscribirse únicamente a licenciaturas relacionadas con la Comunicación, porque la ética es una responsabilidad bajo la cual todos deberíamos regirnos; eso va para estudiantes de lo que sea, pues sin importar la licenciatura siempre hay proyectos que crear.

Aún así, a nosotros más que a nadie nos corresponde observar la ética en todo lo que hagamos.

¿Y a qué viene todo esto? Apenas ayer durante el desayuno con los compañeros de clase me topé, al momento de pagar en caja, con una publicación de ésas que circulan gratuitas por el mundo basándose en la publicidad de sus anunciantes.

Por no tener otra cosa que leer al momento, comencé a hojearla. Hubo un artículo que me pareció muy interesante y en cuanto tuve la computadora cerca, investigué más acerca del asunto. Total que me encontré un artículo en la página de Green Peace que me hizo un extraño eco mental.

El pseudo articulista de la publicación gratuita no había hecho otra cosa más que copiar y pegar el escrito de Green Peace... bueno, sí había hecho algo más: ponerle su nombre y quizá ganar dinero por eso.

No sé si a los que escriben en esa revista perciben un sueldo. Sea como sea, con dinero o sin dinero, de cualquier forma se estarían llevando un crédito que no les corresponde y un renglón más de currículum por "escribir" en una publicación de la ciudad.

Por mera curiosidad seguí "goggleando" las entradas de la revista que se vieran "sospechosas" (entiéndase por esto los artículos pulcramente escritos). Me encontré otro plagio más, sacado directamente de una página web de Biografías y Vidas Famosas.

Fue demasiado para mí. Les mandé un amable correo acerca de lo que había detectado. Aún no recibo una respuesta por parte de la publicación.

Y lo que dije en mi correo hacia la revista lo reitero ahora: no les escribí con ánimos de molestar. Simplemente creo que el periodismo es de lo más importante que tiene un país. Como dice muy acertadamente Dario Restrepo en la publicación en línea "Propuesta de Indicadores para un Periodismo de Calidad", disponible para ver o descargar en la página web de la Fundación Prensa y Democracia (http://www.prende.org.mx/), el periodismo es una herramienta de la democracia, porque sirve para que los ciudadanos estén informados y así puedan tomar decisiones responsables y razonadas.

Los medios tienen muchas funciones. Son vigilantes del poder, en
su lado idealista, por supuesto; la realidad es que forman parte de la estructura de poder muy desde adentro. Para no atiborrar este post de esto que me gustaría comentar, mejor lo diré en otra entrada que merezca un poco más de extensión.

Mientras tanto me quedo con la reflexión de que un periodismo de calidad es clave de un país avanzado; en el periodismo no cabe la falta de ética y, por supuesto, nunca el plagio.



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